¿Hasta el animal puede ser filósofo?

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miércoles, 4 de marzo de 2015

La inconsciencia

El término 'inconsciente' se utiliza como adjetivo para calificar el conjunto de comportamientos que un sujeto desarrolla sin darse cuenta y que, en general, no dependen de su voluntad.
Creemos tener control sobre los acontecimientos que se desarrollan en nuestra realidad cotidiana, pero nunca pensamos que es nuestro inconsciente el que nos atrae las circunstancias, nos guste o no. Por desgracia, es nuestro ego quien intenta hacernos creer que tenemos algún poder de decisión más allá de elegir como sentirnos ante lo que sucede.

A todos nos gusta escuchar cuentos clásicos, y especialmente a los niños. En forma de libros, películas o en voz, los niños necesitan oir historias ajenas a su mundo cotidiano que les haga soñar. ¿Ajenas a su mundo cotidiano? Si hacemos caso a los grandes clásicos del psicoanálisis... no tanto.
Un psicoanalista decía que en nuestra mente se situaba un inconsciente colectivo, esto es una serie de valores morales, miedos y sensaciones comunes a todos los humanos, que pasan de generación en generación a través de leyendas, cuentos y costumbres. Este psicoanalista se fue volviendo muy extravagante. De cualquier modo, en su teoría del inconsciente colectivo hay algo de realidad, realidad que es muy visible en los cuentos clásicos para niños.
Los cuentos aportan importantes mensajes al consciente, preconsciente e inconsciente, sea cual sea el nivel de funcionamiento de cada uno en aquel instante. Al hacer referencia a los problemas humanos universales, especialmente aquellos que preocupan a la mente del niño, estas historias hablan a su pequeño 'yo' en formación y estimulan su desarrollo, mientras que al mismo tiempo, liberan al preconsciente y al inconsciente de sus estímulos. A medida que las historias se van descifrando, dan crédito consciente y cuerpo a los estímulos del 'ello' y muestran los distintos modos de satisfacerlas, de acuerdo con las exigencias del 'yo' y del 'súper-yo'.
Un ejemplo resumido está simbolizado por ejemplo en el cuento de 'Hansel y Gretel' con el triunfo; el complejo de Edipo en 'Blancanieves'; la pubertad en 'Caperucita roja'; la rivalidad entre hermanos en 'La Cenicienta'; el temor sexual en 'La Bella y la Bestia' y el incesto en 'Piel de asno'.

Explicándolo de otra manera, se podría decir que el hombre no es más que un sujeto sujetado a su inconsciente por las cadenas del lenguaje y, a partir de este hecho, la libertad se vuelve imposible. Y tal vez este sea uno de los más grandes retos de la condición humana: soñar, luchar e incluso dar la vida por una libertad que está perdida para siempre.


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